¿QUÉ AYUDO A LA ASCENSIÓN DE HITLER AL PODER?
¿Qué ayudo a la ascensión de Hitler
al poder?
Y en este punto es cuando
todos no preguntamos, cuales fueron los hechos que hicieron ver a una nación entera,
que la mejor solución a su situación era depositar la dirección de su país en
manos de un líder extremista. Muchos apuntan a que se trataba de un gran
orador, representante del creciente populismo en un mundo cada vez más
nacionalista. No obstante, el factor diferencial es el económico.
Como punto de partida
de todo este entresijo tomaremos la finalización de la Primera Guerra Mundial, tras
esta se firma el tratado de Versalles en el que los países vencedores,
destacamos a Francia, Gran Bretaña y EE. UU, dictaminan que el gran culpable
era Alemania, por lo que debía pagar una serie de indemnizaciones por los daños
causados durante la guerra.
Las cantidades
establecidas eran desorbitadas y aunque como ya afirmaba Keynes que esto traería
problemas a largo plazo, en efecto no se equivocaba, se siguió adelante con el
tratado. Suponía 132 millones de marcos alemanes en indemnizaciones y debido a
la insistencia en que pagara su deuda, su respuesta fue el pago a través de la emisión
de dinero o bonos sin precedentes, poniendo cantidades ingentes de dinero en
circulación en muy poco tiempo.
En resumidas palabras supuso una devaluación de la moneda nacional, el marco, y una subida repentina de los precios. Lo que en un principio surgía como una solución de última instancia ante la falta de liquidez, acabó suponiendo el meterse de lleno en la hiperinflación. Aunque la deuda se les fue reduciendo paulatinamente ante la situación que estaban viviendo, llegando incluso a verse rebajada en una décima parte del total, seguían en malas condiciones. Además, si Alemania no pagaba a Inglaterra y Francia estas no podían hacerlo a EE. UU, convirtiéndose en un círculo cerrado de deudas.
Por lo que se llevaron acabo medidas para
solucionar este problema, como es el caso del famoso Plan Dawes en el año 1924,
el cual tuvo efectos notorios en la entrada de capitales extranjeros, como es
el caso de estadounidenses. No obstante, no fue duradera la eficacia de este
por las medidas proteccionistas europeas, además de que en los años siguientes se
produciría el crack del 29, con la consecuente fuga de capitales del país
germano, viéndose atrapado en una crisis económica brutal al igual que muchas
otras naciones.
Todo esto sumado al
descontento político y económico, junto a duros impuestos y un alto desempleo
en la República de Weimar, facilitaron que Adolf Hitler llegara al poder en
1938.
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